sábado, 14 de noviembre de 2009

¿Contorsión anacrónica? sí... (con perdón de los entendidos) Primera Parte

Me explico: Cronológicamente hablando me he animado a establecer un difícil virage o tour de force con respecto al orden en que hubo aparecido, lo que luego, posteriormente al impresionismo y principio del cubismo se le otorgó el membrete de fauvismo por (ya se explicó anteriormente) llamárseles a sus cultores "fieras" (del francés fauves) luego de la revuelta generada por unas exposiciones colectivas en París, posterior al impresionista, con gran escándalo. (sic)

El corolario de dicha explicación de la que me hago responsable es el siguiente, a saber: las fechas en sí, en arte, no ayudan mucho a resolver en casos como éste, la cuestión de quién apareció primero en el escenario histórico y con qué finalidad. A decir verdad, a mi entender el surrealismo sea de Breton, Dalí, Picabia ó Magritte, es una revuelta convulsiva hasta contra el propio arte moderno y por supuesto el contemporáneo, del que me hago defensor total por su vertebración y coherencia durante más de cien años de su nacimiento contando más o menos a partir de Kandisky, Klee y La Bauhaus, etcétera, derivando luego hacia la abstracción en general.

Debemos aclarar que es imposible, (ahora diríamos casi inconstitucional) hablar de fauvismo sin, al mismo tiempo, dejar de lado a su sucesor inmediato el expresionismo, y de ahí saltar a lo que se llamó nueva figuración, que por cierto de nueva no tenía mucho, si pensamos en el genio de Goya o el de Del Bosco; pero no critiquemos alegremente ya que estamos defendiendo aquí a capa y espada, lo que es histórico correlato del arte con gran respeto para sus primeros cultores, contra y tratando de desenmascarar a los oportunistas, cultores del "camelo", figurones de lo transgresor, descubridores del ultimísimo que ellos mismos se inventan para sí, como si el arte y su historia fuese un epifenómeno y no un real fenómeno social dentro de una determinada cultura inevitablemente elitista, pero debido al embrutecimiento de las masas absorvidas oportunamente su atención hacia la lucha por el sólo hecho de existir ó el afán de engrandecer su pecunio pequeño burgués para su prole, que a su vez crecerá en el mismo proceso.

Volviendo al tema que nos ocupa, en mi entender, el surrealismo siempre estará ahí para quien se lo quiera poner encima en cualquier oportunidad y para su solaz, diversión o satisfacción (como yo mismo en mis inicios lo practiqué), pero no estará este movimiento nunca adherido al tronco histórico y en ningún eslabón que engendre algún "progreso" ya que la máxima aspiración surrealista es el "yo soy la antítesis", "yo no soy la síntesis" de un proceso de refinamiento.

Henri Matisse, "El sueño"

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