sábado, 7 de noviembre de 2009

Marcel Duchamp: ¿pintor ajedrecista ó ajedrecista pintor?

Marcel Duchamp (/maʀsɛl dyˈʃɑ̃/ Blainville-sur-Crevon, 28 de julio de 1887 - Neuilly-sur-Seine, 2 de octubre de 1968). Artista y ajedrecista francés, cuya obra ejerció una fuerte influencia en la evolución del arte de vanguardia del siglo XX.

Poco importa el orden en donde se encuentren dos factores compatibles en la vida de un artista. Lo de Duchamp es, a vista de pájaro, el resultado de la hiperactividad de un esteticista ecléctico, riguroso y flexible a la vez, que cuesta mucho incluírlo entre los surrealistas de fuelle, pero que jugó en su momento histórico el rol de nexo entre lo literario y lo que con certeza puede llamarse un formidable pintor, con resoluciones de alto vuelo estético. Aunque su mundo sea en la valoración de lo meramente formal, muy convincente, en lo tocante al phatos comunicante con el espectador, "llene poco" a los exigentes de los arcanos profundos y recónditos.

Su pasión por el ajedrez lo llevó a ser tercer tablero en representación de Francia, compitiendo contra los mejores de su época. Hay partidas de Duchamp ganadas, en gran estilo, contra grandes maestros. A propósito del ajedrez para los no iniciados en el arte de Caissa (diosa protectora del juego y sus cultores) quienes dicen saber jugar por sólo saber que el caballo se mueve en L, este deporte-ciencia fue considerado por el ex-campeón mundial Emmanuel Lasker no como una ocupación sedentaria más, sino como auténtica filosofía del pensamiento en acción. Se conoce la anécdota de que Lasker le dijo a Einstein en una oportunidad, que sometió a un análisis su teoría de la relatividad, y que, a fuerza de ser sincero, no había encontrado en ella algo sustancial, a lo que Einstein replicó que por culpa del ajedrez su mente estaba bloqueada como para comprender su teoría. Entonces Lasker le respondió que lo mismo pensaba él de Einstein con respecto a su teoría de la relatividad, que le impedía a su vez comprender la belleza del ajedrez.

La otra gran pasión de Duchamp fue España, más precisamente Catalunya, donde en las costas figuerenses del pueblito de Cadaqués, pasó largas temporadas trabajando en su obra.


Rueda de bicicleta sobre un taburete, 1913.
(Obra secuestrada y desaparecida)

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